¿Qué aleja al hombre de Dios?

La respuesta casi espontánea a esta pregunta, de miles de cristianos influenciados por la doctrina religiosa que han abrazado sería: el pecado. Pero esto no es lo que la Palabra de Dios enseña.

Salmos 25:8, declara que “Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él [Dios] enseñará a los pecadores el camino”.

El pecado no es un obstáculo para Dios. Que Dios tenga la disposición favorable de enseñarle a un pecador su camino no es otra cosa sino que la manifestación de un Dios de gran misericordia y bondad. A Dios no lo asusta el pecado, y es justamente el pecador quien necesita de Dios. Ahora bien, sigue la pregunta de origen sin ser respondida: ¿Qué aleja al hombre de Dios?

Salmos 25:9, declara que Dios “Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera”.

¿Qué aleja al hombre de Dios? La falta de humildad y mansedumbre en el hombre.

Salmos 138:6, dice: “Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Más al altivo mira de lejos.

La soberbia y la altivez del hombre ante Dios causa muchos males en la vida del hombre y en la de aquellos que lo rodean y muy a menudo se le hecha la culpa a Dios por estos males. Pero la sabiduría de lo Alto, trae luz sobre este punto al declarar en Proverbios 19:3, que “La insensatez del hombre tuerce su camino; Y luego contra Jehová se irrita su corazón. Hay otra gran lección en la Biblia que puede ahorrarle al hombre costosos dolores de cabeza, ya que nos advierte en Proverbios 16:18, que “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu”. Si Usted no quiere ser quebrantado o caer en cualquier categoría de su vida, aprenda a desarrollar humildad y mansedumbre ante Dios compartiendo sus cargas [pecados] con Dios y alcanzará una paz que nada ni nadie puede ofrecerle.

Mateo 11:28, 29 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;

Todo lo que el hombre puede alcanzar sin Dios, es una tranquilidad pasajera, porque la paz interior sólo puede alcanzarse cuando se es humilde y manso y se ha alcanzado la paz con el Creador. Es allí, en alineación y armonía con el Creador que la vida se completa