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Paz, aún en medio de conflictos…

Para la mayoría de las personas en este mundo, vivir en paz implicaría la ausencia de conflictos, y de hecho, muchos Diccionarios de la lengua española así lo definen: Paz, ausencia de conflictos. Pero los conflictos no sólo operan en el ámbito externo, en nuestro entorno, también tienen sus efectos en nuestra intimidad, en nuestros pensamientos. ¿Cómo podrían entonces resolverse todos nuestros conflictos, tanto internos así como externos para acceder a una vida pacífica? Es imposible…La Biblia muestra que luego del pecado de Adán la naturaleza humana fue dañada, y aún restaurándola por medio del nuevo nacimiento y la salvación, los conflictos humanos seguirán ejerciendo sus efectos. ¿Es imposible entonces tener una vida pacifica? No, no es imposible. La clave está en qué hacemos persistir nuestra atención de manera constante. Isaías 26:3, declara que aquel hombre o mujer que persevere su pensamiento en Dios, Dios mismo guardará su vida en completa paz. Notemos que ni el versículo ni su contexto hablan de resolver todos los conflictos como manera de brindarle paz al hombre o a la mujer. No se trata de ausencia de conflictos, se trata de edificar una sólida confianza en aquel que puede pacificar nuestras vidas a pesar de los conflictos. Cuando Moisés fue instruido por Dios a dejar Egipto (tierra de esclavitud) y emprender el camino hacia la Tierra Prometida (tierra de libertad), la cantidad y calidad de desafíos que él tenía que enfrentar eran enormes. Sin embargo, la simple pero poderosa instrucción de Dios fue: “…Mi presencia irá contigo, y te daré descanso”. (Éxodo 33:14) Cuando la presencia de Dios es una realidad cotidiana en la vida de un hombre y una mujer, su paz y su descanso no dependen tanto de las circunstancias, sino de la confianza en Aquel que prospera sus caminos.

Romanos 8:5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Romanos 8:6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. El Dr. E.W.Bullinger expresa en su obra Diccionario de Figuras de Dicción Usadas en la Biblia, que la expresión “ocuparse del Espíritu es vida y paz”, significa: “El desarrollo de una mentalidad espiritual tiene por fruto una vida pacífica.” Esta ocupación no se trata de hacer obras, sino de desarrollar una mentalidad, hábitos, costumbres, un estilo de vida. Coloque a Dios en el centro de la escena de su vida, invítelo a que permanezca allí, y verá que su vida adquiere una estabilidad de ánimo y carácter superior.




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