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Llevar el nombre de "Cristiano", por Victor P. Wierwille

Llevar el nombre de “Cristiano”, el cual proviene de Dios y que es Cristo dentro; creo que es el más grande honor que el cielo puede permitir sobre un ser humano. Dios vive dentro de usted en Cristo Jesús, dándole toda la autoridad para presentarse como Su embajador, Su representante, Su hijo. Su justicia, que es también la suya. Su amor es el amor suyo, su paz es la paz suya, Su gracia es la gracia suya. La santificación de Él es su santificación. La justificación de Él es su justificación. Esto es con todas estas cosas, y con muchas mas, con las cuales Él ha decorado la vida de cada creyente renacido. Todos los bienes y las riquezas de Dios en Cristo Jesús viven dentro de usted cuando nace nuevamente, y por lo tanto tiene todos los derechos, todos los privilegios, y todo el poder del Hijo de Dios.

Cuando Jesucristo murió, nosotros morimos con él. Cuando él fue sepultado, nosotros fuimos sepultados con él. Cuando él se levantó, nosotros nos levantamos con él. Cuando él ascendió, nosotros ascendimos con él. Esta es la causa por la cual nosotros ya estamos sentados con él en los celestiales. Esta es la razón por la cual cuando estamos aquí sobre la tierra, nosotros andamos en una vida nueva, con Dios en Cristo dentro, y no en los viejos caminos por los que anduvimos antes.

Nosotros servimos en una vida nueva, en un espíritu nuevo, a causa de lo que Dios forjó en Cristo Jesús. El caminar en una vida nueva consiste en que usted vive por Dios. Usted hace que su voluntad sea la Voluntad de Dios. Dios no va a poseerlo. Él no va a controlarlo. Usted debe hacer que su voluntad sea la Voluntad de Dios.

Usted debe traer en cautividad cada pensamiento, no un pensamiento cada mes o dos, sino “todo” pensamiento. Esta es una vida que se desarrolla “día tras día”, “momento a momento”. Usted está en control de su propia vida, de su propia mente. Usted debe controlar su propia voluntad y debe, por libre elección, seleccionar las decisiones de modo tal que cada decisión se encuentre edificada sobre la Palabra de Dios. Usted deberá poner en cautividad cada pensamiento a la obediencia a Cristo. No permita que ninguna persona trate de inducir esto, o algo parecido, en usted por espiritualismo, o hipnotismo, o por algún otro método similar; esto pertenece al ámbito de los espíritus diabólicos. Usted tiene libre voluntad, y por esta libre voluntad usted conduce su mente en cautividad al Señor Jesucristo. Usted vive por Dios en absoluta unión porque usted está identificado con Cristo en todo lo que él fue, y en lo que es, y en todo lo que él será. Siendo nacido de nuevo en la familia y en la casa de Dios usted tiene absolutamente derechos legales a todas las cosas que todos los otros hijos tienen. Si usted se juzga asimismo, o cualquier otra persona juzga u opina de usted, esto no tiene absolutamente ningún valor. Usted es lo que Dios dice que usted es. Pablo decía: “...y ni aún yo me juzgo a mi mismo,..” y nosotros estamos hablando también acerca de esto. El juicio personal que realiza de usted mismo es irrelevante. Lo que es relevante es lo que la Palabra de Dios dice. Usted es lo que la Palabra de Dios dice que es; usted tiene lo que la Palabra de Dios dice que usted tiene; y usted será lo que la Palabra de Dios dice que usted será. Usted deberá darle libertad a Dios en su vida. Libérelo a Él y paralizará el poder del adversario en cualquier lugar y situación en que se encuentre. Nosotros somos personas amadas por Dios. Nosotros somos siervos de Dios, Sus doulos, no por posesión, sino por libre voluntad. Nosotros tenemos dominio a causa de que nos encontramos vinculados con el Omnipotente y con la sabiduría, y el poder para ejecutar esto. Todo lo que necesitamos hacer es creer en la Palabra de Dios y actuar. El adversario conoce esto. Él conoce que nuestro cometido y que nuestro interés son los mismos que los de Dios. Él se esforzará en obstruirnos a nosotros pero, en Cristo Jesús, nosotros somos más que conquistadores. Y, el que está en nosotros es mayor que el que está en este mundo. Esta es la causa por la cual Dios nunca observará en nosotros falla, en la medida en que creamos Su Palabra y actuemos. Usted fue hecho más que un conquistador, a tener una vida más que abundante. (El Vivir Victorioso, por Victor Paul Wierwille, capítulo 15, Viviendo Con y Para Dios, páginas 222 a 224)




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