top of page

La Única Voz Autorizada

Es triste el consuelo de aquellos que creen en un dios que no puede darse a conocer por sí mismo y necesita de hombres y mujeres para decir cómo es, cuál es su voluntad y qué es lo que le agrada y desagrada.

Si Usted cree en un dios que no tiene esa mínima capacidad de darse a conocer por sí mismo, le sugeriría con mucho respeto, que revise su creencia.

En la historia de la humanidad, muchos hombres y mujeres han hablado acerca de Dios, diciendo infinidad de cosas sobre El, pero esencialmente basados en su propia idea, experiencia humana, imaginación o idealización sobre Dios, y así se han propagado miles de religiones sobre el mundo.

Pero el testimonio de la Sagrada Escritura, muchas veces denostada por estos “libre pensadores”, declara que ninguna porción de lo dicho o declarado por Dios en ella es de interpretación privada y por consiguiente, llegamos a la única conclusión posible: “la Palabra de Dios se interpreta a Sí misma”.

Este concepto tiene toda lógica, tanto humana como espiritual, ya que si Dios Todopoderoso necesitara un intermediario humano que lo interprete, entonces sería un dios con enormes debilidades.

La propia Sagrada Escritura declara que no vino al hombre por voluntad humana, sino que santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo, o sea, por Dios mismo.

Una vez dada la Palabra de Dios, en un acto original y definitivo, la Palabra de Dios es la única norma doctrinal y práctica, y se espera que todo hombre y mujer que quiera conocer al Dios verdadero, lo conozca a través de esa Palabra.

Usted puede negarse a esto diciendo que es un libro más, que lo que dice allí tiene tanto valor como su propia palabra o la palabra de otros hombres y mujeres supuestamente sabios, y si hace esto, no estará haciendo otra cosa que haciéndose un dios para sí mismo.

Lo invito a darse una oportunidad única en su vida, que es la de no rechazar sin comprobar. Si luego de su comprobación en primera persona, no por comentarios de terceros, Usted decide que la Palabra de Dios no le interesa, al menos podrá decir con veracidad que ha rechazado algo que ha experimentado.

Lo único que Usted perderá comprobando por sí mismo la Palabra de Dios en su vida es el temor, y esa es una invitación que todo hombre y mujer inteligente no debería rechazar.


Comments


Artículos Recientes
bottom of page